3.20.2014

40 que no llegaron

Inevitablemente he estado pensando…

-Noé y su familia estuvieron en el arca 40 días y 40 noches.
-Moisés esperó 40 días para recibir los mandamientos.
-Cristo estuvo en el desierto 40 días.
-La Cuaresma son 40 días.
-Alí Babá tuvo 40 ladrones
-El primer prototipo del cubo de Rubik tiene 40 años.
-El Príncipe de la canción cantó 40 y 20, Magneto 40 grados,
-Y U2  incluyó en su álbum War, la canción 40.

Juan con Mariana.
Al parecer el número 40 anda por mi mente.  Nunca sabré si a estas alturas de la vida estarías panzón y pelón (o en vías de),  si seguirías trabajando en Henkel, si ya serías Gerente regional, nacional o director.  Si estarías en el shock de que tu hija mayor se acerca a los 18 años y  que la “bebé” alérgica y vomitona, ya tiene 10 (sigue alérgica, ¡pero ya no vomita!).  O traumado ayudando al “Bebo” de casi 74 años a aprender a usar su celular nuevo. 

Caray…. eternamente serás el joven de 31 años.  Nunca pensé que ahí se terminaría tu historia. Nunca pensé el significado que ahora tiene cada año de mi propia existencia, y que de corazón daría gracias por cada peldaño conquistado en esta escalera llamada vida. 

No me voy a poner a desearte feliz cumpleaños,  pienso que los cumpleaños son para los vivos,  festejar un año más de vida.  Cada quien vive estas experiencias de diferente manera, y yo así lo elegí, porque me generaba mucho conflicto hacer “festejos” con motivo de tu cumpleaños, siendo que ya no había vida que celebrar.   Así que aunque no tendremos la fortuna de festejar en persona, tus 40 años, con fiesta, baile y mariachi,  hoy  si celebraré que en 1974, un miércoles, el último día de invierno, la vida me regaló ¡un hermano!   Que tuve la oportunidad de conocerte, de vivir y crecer juntos en la misma familia y de ser parte del mayor legado que dejaste a este mundo:  Tus hijas.  ¡Qué gran razón para celebrar el que hayas nacido!  


¡Los saludo!

1.30.2014

Hibernum...



La estación del año en la cual los días son más cortos, las noches más largas (yei!!) y temperaturas más bajas al alejarse del Ecuador.

El invierno trae un combo de emociones: las festividades navideñas y un ambiente de alegría.  Sacamos la sábana de franela, nos arropamos y degustamos el chocolatito caliente, o un rico ponche con piquete.  Sabores de bacalao, romeritos y buñuelos. En los países de clima nórdico, es el momento de desempolvar los esquíes, y acudir presurosos a la cita anual con las montañas que empiezan a espolvorearse como de azúcar glass.  La emoción de ver la primera nevada, las caminatas entre paisajes donde el verde de los pinos se funde con la blancura de la nieve.   Revive el deporte invernal, la oportunidad de deslizarse cual ráfagas de viento, o bien, dar rienda suelta a las guerritas de bolas de nieve. Tiempo en familia, días relajados, a veces de nostalgia y melancolía.  Las emociones a flor de piel al llegar al final del año.  Las campanadas nos anuncian un inicio, lleno de ilusiones y expectación.

Tan romántico el invierno.  El hogar encendido que nos abriga y reconforta, por horas, por días, por semanas…. Y de pronto te das cuenta de que has encendido la chimenea ¡por meses!  La cuenta de la luz ha subido cual cohete en año nuevo, porque la calefacción, y el horno están trabajando horas extras. Las mangas largas se han adherido a la piel,  las botas son ahora parte de extremidades inferiores y no ponerse una chamarra nos da la sensación de andar en público ¡como Dios nos trajo al mundo!  Ya es casi febrero, y cuando en muchas partes del mundo la gente se abraza diciendo: - ya pasó, ya pasó, ya se está yendo el frío-,  en otras el calendario parece haberse pasmado en ese ambiente en el que eternamente viven los jitomates, las cebollas, la leche y el yogurt.  Ni hablemos de los que les ha tocado vivir casi en el congelador, y en materia de clima todavía no se ofrece la versión  “ no hace escarcha”, al contrario, además de la versión “El niño” y “La niña” , hoy contamos con el lanzamiento del “Polar Vortex”:  más frio, mas nieve, ¡por más tiempo!

Estamos a días de acabar el mes de enero, pero muchos desde octubre recibieron de manera “no oficial” al invierno.  Ya la fatiga invernal, el famoso “Winter blues” se hace presente, el trastorno afectivo estacional no lo inventaron, ¡es real!   Sobre todo para quienes no hemos nacido en este ambiente. 

Si señoras y señores, me urge que se acabe el invierno.  No me consuela saber que en X o Y están a menos 45 grados y que la nieve alcanzó 5 metros en no sé dónde.   Con los pocos grados centígrados, la falta de sol y la lluvia que yo vivo, en la famosa joya del este canadiense, tengo suficiente. Salir a trabajar cuando está oscuro y frio, a las 5 de la tarde no me emociona.  Este año verdaderamente me he tenido que empujar a la puerta para salir a correr y al gimnasio, ya no por entrenamiento, sino como una estrategia de supervivencia.  Pequeños pasos cada día, a la alberca ni de chiste he llegado. 


Diciembre 2013
Y así, en medio de mi rezongar,  es que me percaté de su presencia.  En mi recorrido, me hacen valla, gallardos y estoicos, después de que han ofrendado al invierno su belleza, se han despojado de todo, porque saben que en realidad, su fortaleza se encuentra en el interior y es lo único que los llevará a superar las inclemencias del tiempo.  ¡ Y cada vez salen triunfantes, son el diseño perfecto!  Yo también busco en mi interior esa fortaleza que me mantenga en pie, para que junto con ellos, pueda decir una vez más “Adiós, señor Invierno”

¡Los saludo!

1.29.2014

Por el puritito gusto


Porque es un nuevo año. ( Y se fue uno completito en blanco)

Porque las ausencias nos dan la oportunidad de ver una nueva perspectiva, nos ayudan a extrañar, a mejorar y a soñar.

Porque hay un tiempo para todo.

Porque como dice Isabel Allende en su libro La Suma de Los Días,  a veces el pozo se seca y hay que volver a llenarlo.

Porque hay que dar rienda suelta a las emociones y a los sentimientos.

Porque por ahí me han preguntado ¿Y tu blog?  (¡Gracias!)

Porque me gusta y lo disfruto.

 ¡Ya estoy de regreso! ¡A ver pa’ cuantas cubetas nos alcanza esta vez el pozo!

¡Los saludo!


8.17.2012

SENSUALIDAD, BELLEZA Y GRASA ABDOMINAL


En días pasados una amiga de la primaria nos organizó para hacer un “calendario” de todas las compañeras de la primaria/secundaria. Aunque al principio parecía una idea loca hubo muchas entusiastas que luego luego aportaron su fotografía. ¡Wow! Es maravilloso ver mujeres de poco más de 40 años luciendo bikinis, trajes de noche, escotes provocativos y miradas sensuales. Sin embargo, también ha habido el grupo de las que “quieren pero no se animan” que "porque están gordas, que están flacas, que están arrugadas, que puras miserias, que allá para el 2030 cuando ya tengan el abdomen mas reducidito".



Y mas que ser una cuestión social, me doy cuenta de la barrera mental que nos hemos formado, influenciados por los medios masivos, las supuestas tendencias de la moda y una era de culto al cuerpo, que lejos de acercarnos a la satisfacción de tener un cuerpo sano, nos hace enfocarnos en aquello que se han empeñado en señalar como malo. ¿Quién determina que es la belleza de una mujer? ¿Acaso el concurso Miss Universo, donde ahora permitirán la participación de transexuales, mujeres hermosísimas, que habiendo nacido como hombres ahora serán el modelo de la belleza femenina? ¿Quién determina que es la sensualidad? ¿Entre menos ropa la mujer es más sexy?  ¿Quien ha definido el ejemplo del cuerpo perfecto de la mujer? ¿Las modelos de Victoria Secret, o la abundancia de tallas cero en las tiendas departamentales?



Vivimos rodeadas de influencias que se meten en lo mas profundo de nuestro ser.  Es una cuestión femenina, eso de vivir contando las calorías, midiendo las porciones, matarse en el gimnasio para quemar 250 calorías, mismas que nos comemos y duplicamos en una exquisita rebanada de pizza. Somos culpable de torturar a nuestras parejas con esa pregunta que los pobres jamás saben como contestar, porque de cualquier modo saldrán raspados: ¿Me veo gordaaaaaa?



Yo no he sido exenta de estas pesadillas. Nunca fui de cuerpo escultural, y evidentemente la cuarta década, la falta de ejercicio durante muuuuchos años y la adicción a los alimentos “prohibidos”, pasan su factura. A mis 42 años hay días que quiero tener el cuerpo que tuve a los 20, y en versión mejorada, y si se pudiera, sin hacer ejercicio y comiendo mis “ Doritos Sweet Chili Heat” (la versión mas picosita en estas tierras) con una cervecita helada, mientras vemos la televisión.  Sin tener en realidad exceso de peso, sueño con ese abdomen plano, con no volver a ver el maldito “callo de la andadera” y  acto seguido, ser encerrada en una pastelería y poder probar todas las delicias que abundan en un lugar así.  ¡Sueños guajiros los dos!



Entonces… ¿Estamos perdidas las mujeres? ¿Viviremos eternamente en la auto-crítica frente al espejo, buscándonos la lonja en el mejor atuendo, asfixiándonos con la faja y moreteándonos con el masaje reductivo? ¿Viviremos el resto de la vida visitando los Weight Watchers para vernos como Jennifer Hudson, enjabonándonos mañana, tarde y noche con el Siloutte 40 y pesándonos diario para ver si hay 100 gramos mas que ayer?  ¿Ir a comprar un traje de baño será una acción que requiera atención psiquiátrica?



¡Todo esto suena a locura! Pero sé que en este mundo del peso, el cuerpo, la belleza y la sensualidad, no estoy sola.  Me acompañan muchas mujeres, que como yo, hay días que perdemos la sensatez, y en nuestro distorsionado mundo, los espejos de cuerpo completo solo reflejan poca cintura y panza. ¡Qué equivocación!  Los espejos de cuerpo completo no mienten y si rescatamos la compasión y el amor a nosotras mismas, veremos que también hay piernas torneadas, cuellos exquisitos, hombros pecosos y sexys,  ojos hermosos  y  cabelleras que atraen la mirada.  Un maquillaje que destaque la belleza del rostro, el atuendo que nos ayude a minimizar los detallitos y realzar los atributos   ¿Y la panza?  Ahí está, pero no es lo más importante.



Apoyo la vida sana, la alimentación balanceada, el ejercicio como una forma de vida y como una disciplina. Cuidar nuestro cuerpo es nuestra obligación, no solo por belleza, sino por salud. Pero dejar que nuestra apariencia física nos limite en cualquier aspecto no está bien. Es una lucha diaria, como diría una buena amiga mía: Aprender a vivir con la loca de la casa (nuestra mente) y no permitir que nos gobierne.  Aprender a amarnos como somos, a ser más seguras y a aceptar que somos como somos, que somos perfectibles pero no perfectas.



Cuando amanezco viéndome como un “Rotoplast”, pienso en que hace unos 6 años, estaba delgada, con esa delgadez envidiable de ““Wow, ¿Cómo le hiciste? ¡Estás bien delgada!”  Las palabras que a todas nos hacen sentirnos de ensueño.  Estaba delgada, porque estaba deprimida, porque tomaba pastillas y porque mi hermano estaba muerto.  Y fui delgada mucho tiempo, el mismo tiempo que no fui feliz.  Cuando pienso en eso, prefiero tener ese “flotis”  en la cadera, que me recuerda que ahora vivo mas plena, sana, alegre y que unos kilos no determinan la belleza y la sensualidad de una mujer, esa la llevamos en el alma.



¡Los Saludo!  

6.27.2012

Reflexiones Pre y Post-electorales



 He vivido muy de cerca la jornada pre-electoral y ya ejercí mi derecho al voto. Me quedan algunas reflexiones pre y post electorales (ya que yo he votado) que quisiera compartir con todos:

VOTO DESDE EL EXTRANJERO:

Tienen razón, ya no vivimos allá, ya no somos partícipes del día a día, de los problemas que se presentan y de la realidad del país. Pero vivir fuera también nos da otra perspectiva, nos permite comparar, valorar y aportar. No somos ajenos a lo que pasa en México. Para muchos de nosotros nuestra familia es el tesoro que sigue ahí y queremos su bienestar. Salir de México no es una sentencia a no volver jamás, y a nuestro regreso, nos gustaría encontrar ese ideal que todos anhelamos y queremos participar en su construcción.
Me alegro de que tengamos la oportunidad de ejercer nuestro voto a distancia,
Vivir fuera, no nos hace menos mexicanos ni menos responsables de participar en la vida democrática de nuestro país. Agradezco que me hayan otorgado ese privilegio.


NO AL VOTO NULO

No creo en el copetudo y el regreso del “renovado partido”. Me irrita de sobremanera que un hombre con máscara de Robin Hood moderno, aproveche para ir sembrando un rencor social por todos lados, que lo único que hace es dividir a nuestro ya de por si dividido país. El ciudadano como todos, es muy inteligente y preparado, lástima de su madrina. Y la fémina del grupo, le echa ganas, pero algo le falta, ¿Qué no tomó sus clases de oratoria?

Pero sinceramente, todas estar razones no son suficientes, y hasta parecen superficiales. Anular el voto en las condiciones actuales, no va a generar un cambio en el rumbo de las elecciones. Anular el voto porque no hay a quien irle, me parece una salida cómoda. Es hacerle a Poncio Pilatos, lavándose las manos.  Alguno habrá que te ofrezca lo que quieres para tu país y para tus hijos. No al 100%, pero de seguro hay uno que es mas afín a nuestra propia forma de pensar, a nuestros valores y principios, a nuestras ideas políticas. Bueno, de perdida habrá alguno cuya plataforma política tiene más puntos buenos que malos.
Un voto nulo expresará descontento, pero no va a generar el cambio que tanto buscamos. No va a traernos nuevos candidatos “a la carta” como cada uno de nosotros los queremos. Un voto nulo, solo será dejar a otros la decisión sin haber contribuido en nada. Pero cada quien decide que hacer con su voto.


NADIE ES PERFECTO

No hay seres humanos perfectos, ni matrimonios o relaciones de pareja perfectas, ni hijos perfectos, ni trabajos perfectos.  Y la gente sigue viviendo, sigue casándose, teniendo hijos y trabajando. Aprendemos a que las cosas buenas nos ayuden a ver de mejor manera las cosas malas. Tratamos de hacer lo mejor con lo que tenemos y a mejorar en la manera de nuestras posibilidades, los varios aspectos de nuestra vida.

La noticia es que tampoco hay democracia perfecta, ni gobernantes perfectos, ni organismos gubernamentales perfectos, ni países perfectos.  Y si queremos empezar a enfilarnos al rumbo de la perfección que exigimos, hay que empezar con lo que a cada uno nos toca. Y si no queremos corrupción, hay que empezar por no dar “mordida”. Si queremos transparencia, habrá que dejar de maquillar cifras para que se vea mas bonito el negocio. Si queremos educación habrá que preocuparnos porque el personal doméstico de nuestra casa se eduque y asista a la escuela. Si queremos igualdad, habrá que dejar de tronarle los dedos al mesero para que nos atienda.  Si no queremos abusos, dejaremos de usar la computadora del trabajo para asuntos personales. Si queremos un mejor país, tendremos que empezar por ser mejores personas, mejores padres de familia y mejores empleados, mejores vecinos.  Un país no se mejora exclusivamente por lo que hace o deja de hacer un gobernante. Es bien fácil exigir desde nuestra comodidad y sin hacer nada a cambio.
¿Queremos gobernantes perfectos? Hay que educar entonces con las exigencias de lo que queremos ver en nuestro país. Que los niños lean, que sepan hablar, que sepan expresarse, que aprendan la historia de nuestro país, que se involucren en la vida política, que vean a los adultos escuchar con atención a los candidatos, estudiar sus propuestas e ir a las urnas a cumplir con una obligación ciudadana. Que no nos oigan negarnos a ser representante de casilla, con la excusa de un viaje o un evento que no existe. Que desde niños sepan que votar es un derecho, una obligación, pero también un privilegio que muchos no conocen.

AL FINAL…

Me quedo con un grato sabor pre-electoral, ya que nunca había yo visto tanta gente realmente preocupada por emitir un voto responsable. Apartidistas o no, me dio gusto ver un movimiento juvenil que hizo de lado la universidad pública o privada, para unirse bajo un ideal y que lograron un tercer debate con un formato mucho mejor que el que tradicionalmente nos han presentado.  Me sorprende el papel que las redes sociales han jugado en esta elección y la manera de cambiar la forma de hacer política. 

Estamos a unos días del 1 de julio. Espero que como yo, muchos de ustedes participen activamente. Ojala que quien yo he elegido llegue a ocupar la silla presidencial, pero de no ser así, respetaré lo que la mayoría decida, y seguiré haciendo lo que en mis manos esté para que nuestro país salga adelante. No estamos para marchas, berrinches y desfiguros. 

Creo en México, en la democracia y en la libertad. Otorgo mi voto de confianza a las instituciones electorales. Soy y seguiré siendo mexicana, y este 1 de julio me uno a los mexicanos para demostrar que a pesar de todo, somos un país de gente grandiosa, comprometida y luchadora. Rezo por una jornada electoral pacífica y que al final del día, tengamos la satisfacción de haber comenzado con el verdadero cambio: ser parte de las decisiones de nuestro país, de manera informada, responsable y activa.

¡Los saludo!

5.08.2012

21kms: De cero a héroe…

Team Vero
El día previo a la cita fue relajado, tranquilo. Por la noche la famosa “cena de carbohidratos” (mucho espagueti a la boloñesa) con grata compañía. Mi amiga Edith vino a cenar con nosotros y mas tarde, Doug y Chris, mis vecinos, vinieron a desearme suerte y a mostrarme que llevarían a la carrera para echarme porras.   Las visitas tienen sueño, así que era hora de ir a la cama. Preparé todo lo que necesitaba, cada cosita en su lugar, para no estar de prisas por la mañana.  Entre los muchos pensamientos, el fantasmita de la rodilla me seguía rondando, así que decidí que necesitaba algo muy poderoso que me ayudara con eso, y no necesariamente un soporte ortopédico, necesitaba el apoyo de mi familia.  Un plumón negro ayudó a materializar el deseo de que mi familia corriera conmigo. La orilla de mi tenis derecho fue el lienzo: mamá, papá, Laura, Juan, Mau, Ceci, Pauli, Nana, Majo, Dany, Mark y Frida (si, hasta la Frida fue incluida en esta importante misión) Mi familia como siempre, sería mi sostén. Tenis izquierdo, la palabra “amigos”, los encargados de balancear el apoyo. Ahora si, a dormir.



En la salida
Amanecí descansada y tranquila, creo que más bien todavía estaba muy dormida, eran las 4:45 am. Mark rapidito organizó el cafecito matutino. Con mucho esfuerzo desayuné a esas horas.  Nos arreglamos y partimos. Primera parada, recoger a mi amiguita Edith. Llegamos a un lugar cercano a la carrera (por aquellos del bloqueo de calles), nos estacionamos y caminamos unos diez minutos. Conforme avanzábamos veíamos los
La espera, laaaarga...
ríos de gente que fluían hacia el mismo lugar. Hora de las primeras fotos del día. Faltando diez para las siete me fui a ubicar en el “corral” que me correspondía. Edith y Mark solidarios esperando verme partir. La espera desespera, hace un poco de frio, respiro, muevo las piernas, estiro un poco músculos, observo a los demás, todos igual de nerviosos. Platico con unas señoras que están a mi lado. Una de ellas primeriza como yo, la otra en su retorno al medio maratón. Me da un excelente consejo “Disfruta, buena suerte, y cuídate: no arruines tu cuerpo” (le había platicado de mi rodilla). Pronto vamos a empezar, me despido de Mark, le mando besos, me grita “Te amo”, mi amiga Edith es toda sonrisa. Como a las 7:15 nos mueven hacia la salida, hay risas, nervios, gritos, porras. Ahí vamos, me quito la sudadera que traía puesta, la aviento a la calle y se une a las muchas que serán recogidas y donadas a alguna buena causa. Empieza al unísono una cuenta regresiva: 10… 9… Me persigno... 8…7… le doy un beso a mi rodilla… 6…5… Me persigno 2…1... cruzo la línea de salida iniciando mi cronometro, ¡ahí voy!



Los primeros pasos fueron muy tranquilos, así pian pianito llegue al kilómetro uno. Todo este tiempo monitoreando mi rodilla, a los pocos minutos vi un “mechudo multicolor” que ondeaba y vi a ¡Doug y Chris!   Tan agradecida de verlos ahí, fotos oficiales y sigo mi recorrido. La ciudad es mía, es invadida por ríos humanos que a paso cadencioso la recorren. El día es precioso, hay sol, hay luz, estoy corriendo un medio maratón.

Doug, en el apoyo total, Chris tomando las fotos


Al llegar al puente ya entré en calor y dejo una ofrenda: mis guantes.  Sigo andando y veo a mi lado una chica que ya trae broncas de rodilla. Sigo y algunos kilómetros más adelante le hablo. Si, trae un problema. Le deseo buena suerte. Sigo. Llego al kilómetro 5, la rodilla está bien, y yo… ¡También! Voy conquistando la ciudad paso a paso. En mi mente, un kilómetro muy importante era el ocho, ya que en ese kilómetro fue cuando empecé con los problemas de la rodilla en mi entrenamiento. Veo el número marcado y la rodilla sigue bien, de pronto siento un piquete, bajo el paso y me tranquilizo ¿Qué hice? Me doy cuenta del movimiento  que provocó esa reacción y lo asimilo para no repetirlo. Respiro, trato de  mantenerme relajada. Y sigo.  Pase el kilómetro prueba. Y así llegue al kilómetro nueve, calle amplia, el sol, sabía que estaba cerca de llegar a la zona de la playa. ¿Cómo me siento? Alegre, plena, viva, mas viva que nunca. Siento como la vida fluye por todo mi cuerpo, siento como cada paso me vigoriza, la luz es más brillante, el cielo es más azul, al aire llena mis pulmones, ESTOY VIVA Y LO ESTOY DISFRUTANDO INTENSAMENTE.



Así entre pensamientos y sensaciones llegué al kilómetro 10 y unos pasos mas adelante pasé el “tapete” de mitad de ruta. Una hora y fracción. Para este momento ya había decidido mandar al cuerno mi plan de tiempos, mismo que había imprimido y puesto como una banda en la muñeca izquierda. Mi meta eran dos horas cuarenta minutos. Pero siendo mi primer medio maratón y habiendo detectado que es lo que lastima a mi rodilla, decidí que más valía disfrutar el recorrido, cuidar mi cuerpo y hacer mi mejor esfuerzo. Así que con estos pensamientos me arranqué esa banda que fue a dar a mi bolsita del short. Así llegué al kilometro 12, aquí la ruta seguía de fondo y luego una vuelta en “U” para de regreso tomar otro camino. Frente a mi veía a los que ya venían en ese regreso, y por unos segundos me invadió el pensamiento de la “Ruta Madrazo”, pero solo fue uno de esos demonios que se le suben a uno al hombro por dos segundos, ¡son las alucinaciones del cansancio!. Ahí si ya traía una molestia y no en la rodilla, en el empeine del pie izquierdo. Me detuve a aflojar las agujetas de mi tenis y a estirar mi calcetín. Mejoró un poco, pero había algo.  Ya la música me estaba fastidiando, así que decidí correr en silencio, fuera audífonos.



En el kilómetro 14 vi al hombre mas guapo del mundo, con la sonrisa mas hermosa, no era una visión producto del cansancio, ¡Era mi marido! Fotos, fotos, le di un beso rapidísimo y seguí. Me dijo “Vienes muy bien, ¿Cómo te sientes?  La respuesta: ¡Súper bien! Así llegue al kilómetro 15, sintiéndome entera, perfecta, respirando tranquila. ¡Solo faltan seis!
Kilometro 14, ahi la llevo


Puedo decir que del kilómetro uno al quince, todo fue como lo tenía planeado, pero ya el kilómetro 17 fue otra historia. Era una parte de la ruta muy callada, muy solitaria. Muchos ya venían caminando, incluso platicando. Pasar por la estación de agua me ayudó mucho, no solo por el líquido, sino porque los uno de los voluntarios vio mi nombre y grito “Chicos, ella es Verónica y necesita una porra” y todos empezaron a gritar mi nombre y palabras de aliento.  Así llegué al kilómetro 18, solo tres mas. Aquí agarré un segundo aire, empecé a pasar a los compañeritos que venían caminando, mi paso era constante, seguro. Me enchufé ahora si los audífonos, la música me ayudaba.  Casi en el kilómetro 19 vi pasar por la zona del malecón una motocicleta con un reloj que decía 2 horas y pico, y atrasito ¡los kenianos! Desgraciados, yo ya llevaba casi tres horas y ellos ya iban a terminar ¡el doble de distancia! Una chica se aventó la puntada de gritar: ¿Los alcanzamos? Todos nos reímos mucho.

Salimos de la ruta que nos llevó por todo el parque “Stanley Park” y empecé a ver los primeros edificios de la ciudad. Ahora si había gente otra vez y empezaban los aplausos, los gritos “Way to go”, “Good job”, “Finish strong”.  Nos empiezan a desviar y entramos a la ciudad, faltan dos kilómetros y la verdad, empiezo a sufrirlos, es la lucha mental, falta poquitito, pero ya traigo 19 kilómetros encima. El dolor del pie izquierdo, ya siento calambres en las pantorrillas, pero sigo. Detrás de mi oigo un grito “Runner coming”, un hombre en bicicleta viene abriendo paso al corredor del maratón, creo que fue el tercer lugar.  Lo veo pasar, con su paso fuerte, zancada larga. Mis pasos me parecen cada vez más cortos y lentos. Veo los nombres de las calles y sé que todavía falta.  En mi iPod suena “Dancing Queen” mi canción con Paulina, mi sobrina, cuando era niña.  Me levanta, me acompaña.  Sabía que habría un momento en el que el cuerpo ya no puede y ahor se que tengo que pasarlo mentalmente. Pero estoy a punto del llamado “hitting the Wall”. Cerca de mi veo una chica que se recarga en un árbol, estirando las piernas, se ve que trae unos calambres de muerte, saca su teléfono y hace un llamada.  Empiezo a caminar, quiero guardar un poco de fuerza porque esa meta la voy a pasar corriendo o trotando.



A unos metros de cruzar la meta
Cuando decido empezar a correr nuevamente, oigo una voz conocida “Vamos Vero, corre, ya casi llegas” Es Edith, es Mark, están en la valla, los veo, me emociono, la gente me grita, hay “hi fives” de desconocidos. Algunos gritan mi nombre, empiezo a correr, las lágrimas se me agolpan en los ojos. Si, estoy corriendo un medio maratón, de aquí en adelante será otra historia, esto es un parte aguas.  Sigo, sigo, llego a la esquina, vuelta a la izquierda, voy gritando “Oh my God”  Veo la marca del kilómetro 21, lo señalo y grito:  “Estoy corriendo un medio maratón”,  luego mi grito es: “ Faltan 100 metros, faltan 100 metros”.  “Dios mio”, en ingles, en español; veo la meta, la gente aplaude, grita, oigo mi nombre mencionado en el sonido local, son escasos metros, me persigno nuevamente, Gracias Dios,  y cruzo la meta, paro el cronómetro y brazos al aire,  CORRI 21.1 Kilómetros, corrí un medio maratón.



Una aventura mas amiga!
Amor, gracias
Inmediatamente recibo agua, una voluntaria me da mi medalla, soy finalista del medio maratón de Vancouver. Fotos, (que luego me venderán, verdad) y Mark y Edith ahí, me acerco a verlos tras la valla y reja que aísla la zona de la meta del publico. Fotos, nos ponemos de acuerdo donde encontrarnos. Salgo de ahí, y espero unos minutos, hago un poco de estiramiento y veo venir a mi marido, abrazos y lágrimas, ¡lo logramos! Abrazos de Edith, más fotos. Los primeros comentarios. Mi mente sigue procesando “Corrí un medio maratón”



La experiencia es única. El medio maratón de Vancouver 2012 siempre tendrá un lugar en mi corazón. Hoy, ya pasado, con mis músculos adoloridos, sé que este fue el primero de muchos más. Mi entrenamiento, las desmañadas, la acupuntura, todo valió la pena. ¿Aprendizajes? Muchísimos, tanto deportivos como personales. Tengo muy claras mis necesidades deportivas, se lo que debo trabajar, lo que me funcionó y lo que no. Personalmente, conocí más sobre mí, me admiro y me respeto, me quiero mucho más. Una vez mas lo repito, no quiero que suene a “cebollazo”, a soberbia, pero soy mi propio héroe.  Con entrenamiento y disciplina mi cuerpo conquista lo impensable, la mente y el espíritu compensan las debilidades físicas. ¡Que balance tan perfecto! 


Gracias a Dios, a la vida, a Mark, a mi padre y mi hermana, a toda mi familia. Gracias a mi fisioterapeuta por sanar mi rodilla.A mis amigos, gracias a todos por sus porras, por sus consejos, por todos los mensajes de apoyo en Facebook.


Solo les he querido compartir una parte de mi vida y con humildad agradezco a quienes me consideran un ejemplo. Si mi experiencia sirve para que otras personas sientan lo que yo hoy siento, si ayuda de alguna manera a alguien mas, bien vale la pena compartirla.

Mi conclusión:


"Correr no es tan solo un cadencioso movimiento de extremidades. Correr es una manera de fortalecer el cuerpo y el alma, es celebrar la vida"  


Momento que jamas olvidare!



¡Los Saludo!

5.02.2012

21 km: hay que entrenar, para poder triunfar...


 No me pegó la crisis de los 40’s, ni hice una apuesta. Tampoco lo ofrecí como manda ni fue la decisión de una mañana de ocio.  Todo nació en abril de 2009, cuando cruce la meta de los 8k del Banco de Montreal, carrera parte del Maratón de Vancouver. Ese día, junto a mí iban llegando aquellos que habían recorrido 13 kilómetros más que yo, y también los que completaban la mayor prueba del atletismo: los 42 kms de un maratón. ¿Qué vi ahí?  Rostros sudorosos, enrojecidos, irradiando una alegría y satisfacción que salía por los poros.  Ahí nació la idea. Pero las ideas a veces quedan revoloteando en la mente, mas en un curso que tomé llego el momento de escribir nuestro “bucket list”, aquellos sueños por realizar y ahí si, de la mente paso a estamparse en blanco y negro.  Las palabras se las lleva el viento, pero lo escrito no.



Tres años han pasado de aquellos hechos.  Correr dejó de ser un medio para no subir de peso, despertó en mí lo que muchos profesores de educación física a base de humillaciones y gritos, se empeñaron en matar: el amor al deporte. Y más importante, se ha vuelto para mí una celebración de la vida.



Pero correr, como cualquier otro deporte exige constancia, disciplina, sacrificio. ¿ A poco creen que siempre es bien rico correr de subida? ¿O el dolor de una lesión? ¿Las levantadas temprano al gimnasio? ¿Cambiar la Coca-Cola por agüita sola?  Correr no solo es amarrarse unos tenis y salir como chivo loco a la calle.  O sea… es cierto que todos podemos correr, pero si verdaderamente lo queremos convertir en un deporte, hay que “echarle galleta” al asunto y diseñar un plan de entrenamiento, asesorarse con algunos expertos y poner mucho entusiasmo y buena voluntad, sobre todo los que como yo, nos iniciamos en este deporte importados directamente del sillón enfrente del televisor y con el respaldo de 38 años de no hacer ningún deporte en serio ( un año de Pilates, tres meses de jazz, dos años de tenis, y educación física dos horas a la semana en la primaria)



Siendo conservadora en muchos aspectos y maniaca del control me fijé una meta que me permitiera prepararme con muuuucho tiempo y así ir evaluando sobre la marcha como íbamos evolucionando, sobre todo por lesiones que tuve en el 2009 y que me tuvieron a raya casi un año.  Originalmente correría el 6 de junio, tras 25 semanas de entrenamiento, iniciado el 3 de enero de este año. Sin embargo por ahí de la semana 10, tuvo a bien cruzarse en mi camino el medio maratón de Vancouver, con su ruta nueva, rediseñada, cruzando por los puntos más hermosos de esta ciudad. Y me hizo ojitos, si, ese evento donde nació por primera vez mi suenio hace 4 años. Lo pensé semanas, pregunté, indagué, hice encuestas, estudios de opinión, de elevación del terreno, inspección física del área y siempre supe la respuesta, pero no sería yo si no hago todo el proceso. 



Cambio de planes, nos mudamos al 6 de mayo, con 18 semanas de entrenamiento. Paso dos… ajústale al entrenamiento, paso tres, vamos a ver como nos sentimos estas semanas y vemos. Pero tampoco había mucho tiempo para evaluar la situación, las mismas razones que me atrajeron a esta carrera, estaban llamando a muchos otros mas, y los lugares se llenaban. Se vendió el maratón (5000 corredores) y los espacios para el medio maratón se iban agotando.  Entre en el pánico de “me inscribo o me espero?”  Evidentemente, me inscribí.  No saben como me tembló la mano cuando le di “click” a mi inscripción y se fue al ciberespacio, y mas temblaba yo cuando por mail recibí una confirmación oficial de mi inscripción al Medio Maratón de Vancouver.   Ahora si era real. La respuesta de los amigos fue apoyo total, mi hermana emocionada y mi padre ¡sorprendido! Mi marido, mi fan #1.



Con esa realidad enfrente, a partir de ese momento se ha desayunado, comido y cenado medio maratón en esta casa. En mi recamara hay una pila de revistas “Runner’s World” para consulta de cualquier tema, el sitio del evento se visita un par de veces a la semana para ver avisos y por menores del evento.  Mi status de Facebook seguro ya aburre  “hoy 8 kms” “hoy 8.2 kms” “hoy 8.5kms”, “hoy gimnasio” , “ay, ay, muchos abdominales”. Las mañanas se volvieron de decisiones tan importantes como desayunar cereal o mejor yogurt con fruta antes de ir a correr, últimamente me dedico a probar gels energéticos, a contabilizar la cantidad de agua que tomo en el día, a actualizar mi “diario electrónico” de entrenamiento, a ver videos de corredores llegando a la meta y elegir canciones que me levanten el ánimo para cuando voy arrastrándome en el kilómetro 10.  Mis tenis se han vuelto mis mejores amigos (y se van a retirar con honores el domingo), como novia ilusionada, fui a comprarme mi  “ajuar” para la carrera, y por supuesto, hay que probar todo, todo lo que uno va a usar antes, ese día no puede haber sorpresas de que el calcetín se mueve o la costura que raspa. Llevo semanas monitoreando el clima, ¡Dios y la Madre Naturaleza me van a obsequiar un día sin lluvia! Pero por las dudas, voy preparada, aquí nunca se sabe.  Y así mi vida se combina entre mi trabajo de maestra de español, esposa de Mark, la “encantadora de perros frustrada” con la Frida y mis entrenamientos.



El invierno no es el mejor mes para estos asuntos. Esta feo, frio, hay nieve, hay lluvia. He pasado mucho tiempo en el gimnasio, tratando de sustituir mis entrenamientos en exteriores. La monotonía de la máquina (la versión rata de laboratorio) me ha hecho entrar en unos estados de meditación, que aunados a la vista de amaneceres hermosos, mas de una vez hicieron derramar alguna lágrima, mientras daba gracias al Señor por la dicha de estar viva, de estar completa y de tener lo que tengo.  Mis entrenamientos con lluvia me refrescaron, y que les cuento del día que hasta me nevó. Sensaciones imborrables que me quedan en el cuerpo, el alma y la mente.



El día que corrí 15 kilómetros jamás lo olvidaré, en muchos sentidos: por la emoción de concretar ese objetivo, por la satisfacción de alcanzar un nuevo nivel, por la cara de mi marido que ya estaba preocupado pensando que después de casi tres horas (corrí dos y media, mas la caminata de ida y regreso) seguro ya me había pasado algo (si traía teléfono pero yo no pensé en reportarme mas que en caso de emergencia) y por una uña morada, trofeo del kilometraje recorrido. Estaba lista para ir por más, semana 15,  a tan solo tres de la carrera y pasó la pesadilla de cualquier corredor: una lesión de rodilla, causada por inflamación en los músculos, consecuencia del mismo nivel de entrenamiento, así me los describió el fisioterapista, a quien llegue tras cuatro días de tratar de mantener la calma, de Advil, hielo, Voltaren y descanso y le dije “Corro el 6 de mayo el medio maratón de Vancouver, tengo “runner’s knee” y TIENES que componer mi rodilla”.  Me dijo “Bueno, siento ahora un poco de presión, pero vamos a empezar y también te voy a hacer acupuntura” La palabra retumbó en mi mente. A-cu-pun-tu-ra, a-gu-jas, ¡FO-BIA!!  Pero sin mayor opción, con las manos sudorosas, los brazos cubriéndome los ojos, empezó el tratamiento del “alfiletero loco”.  Tratando de respirar, sin hiperventilarme, tratando de relajarme, apapachándome a mas no poder y controlando a la “loca de la casa” (o sea, mi mente) , no sin antes ponerme una revista en la cara, (me la dieron para leerla mientras esperaba 20 mins. con las agujas puestas), pase la sesión uno. Han sido 7 hasta el día de hoy, y Kevin, mi fisioterapeuta, cumplió su parte: el sábado pasado pude empezar a correr y ayer me aventé 5 kilómetros sin problema alguno.



Todo empieza a perfilarse para el domingo 6 de mayo. En este camino de entrenamiento, he aprendido no solo sobre atletismo, músculos, tenis, alimentación y medicina. He aprendido más sobre mí, sobre mi fortaleza, sobre mis debilidades, sobre la compasión a mi misma, sobre la importancia del deporte pero también del descanso.  Hoy siento más admiración por mi misma, sin sonar a cebollazo, pero en verdad, me volví mi propio héroe.  Aprendí sobre solidaridad, sobre el amor de mi marido, sobre el apoyo de mi familia. Que las distancias unen a las amistades y que siempre hay quien te tiende la mano en momentos difíciles.



Di un paso muy importante, primero el de la acupuntura, que si bien no me gusta y es un verdadero sacrificio, he aprendido a controlar un poco mas mis miedos y a no dejarlos que me rebasen (aunque no me dejaría inyectar todavía, creo que ese paso todavía esta mas lejano) . Y algo más…. Hace ya muchas semanas que deje de utilizar el termino según yo cariñoso , de “el puerco” para referirme a ese diseño perfecto que solo un Ser Superior pudo ser capaz de crear, esa maquinaria perfecta, que nos ha sido dada para hacer con ella lo mejor, para cuidarlo y mantenerlo, y que con entrenamiento y disciplina es capaz de llevarnos a cualquier meta.



18 semanas después, con altas y bajas, con días de ánimo y días de poca motivación, con días de lluvia y días de sol, estoy lista y emocionada.  Tengo una cita con 21 kms y estoy segura que habrá mucho que contar.



Continuará…