2.08.2012

Si yo fuera presidente, de un país o continente...

Ya llegue, sacudiéndole el polvo a mi pobre blog, que tenía más de un mes sin ser abierto. ¿Se me secó el cerebro? No, la verdad no, pero a Dios gracias arranqué el 2012 con mucho trabajo y no me di el tiempo para escribir. Pero ya estoy de vuelta… esperemos.



Me trae una vez más a este espacio el tema de la política. De antemano sé que de religión, política y football no hay que hablar, porque nunca nos pondremos de acuerdo. Sin embargo, me gustaría compartir algunas ideas que llegan a mi mente en relación a la reciente victoria de Josefina Vázquez Mota, candidata oficial por parte del PAN, a la presidencia de la República Mexicana.



Siguiendo desde acá estos temas, estaba segura que saldría victoriosa la señora, ya que Santiago Creel, bueno… quedo claro que ya pasó su tiempo y el señor Cordero, pues para mi gusto le falta liderazgo. Sin embargo Josefina ya traía una trayectoria y su victoria fue contundente. De ahí que se han desprendido los comentarios en las redes sociales y los medios de comunicación.  En lo personal me encanta la idea de que una mujer entre en la contienda. Es algo que no vemos muy frecuentemente en nuestro país, y a pesar de que en el pasado han existido cuatro candidatas a la presidencia: Rosario Ibarra de Piedra (1982, gana MMH), Cecilia Soto y Marcela Lombardo (1994, gana EZP), Patricia Mercado (2006, la candidata con mas votos en la historia de México, gana FCH)  Vázquez Mota viene fuerte.  Lo que yo espero ahora, es ver su propuesta y saber que es lo que ofrece como candidata a la presidencia.  Me parece que una mujer puede aportar una visión diferente al gobierno y demostrar que no se trata de faldas, sino de preparación, compromiso y trabajo.



Me encanta el hecho de que sea mujer, me solidarizo con las mujeres profesionistas, pero género, cirugías plásticas, galanura o ignorancia literaria no son en mi opinión atributos para decidir quien será el próximo presidente de México. Como votantes nos toca analizar las diferentes propuestas y tratar de entender y decidir que es lo mejor para nuestro dolido país. Quien nos ofrece las mejores alternativas, y como seguro todos van a ofrecer casi lo mismo, entonces habrá que ver quien nos ofrece integridad, lealtad, trabajo fuerte, entrega, optimismo, valentía, empatía, capacidad de análisis, de negociación, honradez y sobre todo mucho, muchísimo amor por México. Quien nos da confianza, a quien le creemos como para entregarle las riendas de nuestro país.



No es momento de desgastarnos en discusiones acaloradas sobre feminismo, misóginos, sociedades machistas y quejarnos sobre la falta de opciones presidenciables. Ahí están ya, quienes se pelearán la silla presidencial.  Para poder exigir, hay que dar, y en este momento nos toca comportarnos a la altura de ciudadanos responsables, y empezar, como siempre digo, cada uno en nuestra trinchera, a hacer lo que nos toca. ¿Cómo?

Sería bueno empezando por explicarle al servicio doméstico de nuestra casa de que se tratan las votaciones y buscar orientarlos para que hagan su mejor elección. Recordemos que además de sacar a pasear a “Firulais” y lavar el coche, también pueden votar, y mas vale que reciban información de nosotros y no de quienes quieren sobornarlos con un kilo de arroz.  Tampoco estaría mal que los padres de familia y maestros, dieran una repasadita de civismo con aquellos votantes primerizos, todos aquellos “dieciochoañeros” y mayores, que por primera vez cumplirán con la obligación ciudadana de votar. Echar una platicadita con aquellos amigos abstencionistas, aquellos que dicen que  “para que votan, si de todos modos todo va a estar mal”.  Recordemos que hay países, donde no gozan de ese derecho. No demos por sentado lo que tenemos en el nuestro.



En lo personal esta vez quisiera votar con mucha mayor responsabilidad y conciencia, involucrarme realmente en el proceso y tomar la mejor decisión.  Me duele como nunca la situación en la que veo a mi país, y aunque lejos, estoy preocupada, porque es mi Patria, es la tierra en la que viven mi familia y amigos. Como expatriada me indigna, me duele profundamente y me entristece, que un país con tanto que dar al mundo, con gente tan valiosa como somos los mexicanos, esté mas hundido que el Titanic (o por lo menos asi se ve).



Ésta es nuestra oportunidad de hacer de estas elecciones un verdadero acto de responsabilidad, de libertad y de buscar de una vez por todas empezar a enderezar esta nave llamada México.  Que el primero de julio del 2012 se llenen las casillas electorales, de todos lo que buscamos un México mejor, y que nuestro próximo presidente o presidenta, sea una esperanza de que juntos, vamos a hacer de nuestro México lindo y querido la realidad que todos queremos.



Los saludo!