12.30.2011

Yo no olvido al año viejo, porque me ha dejado cosas muy buenas…

Con las maletas todavía sin guardar,pero eso sí, la ropa ya está lavada.  En plenos preparativos para recibir a los invitados mañana y mi estómago manifestando los abusos alimenticios de los pasados días (que yo digo que fue algo que comí ayer aquí...)

Pero antes de que me agarren las carreras entre hornear el pavo y poner la mesa, me tomaré unos minutos para sentarme frente al teclado y escribir la última entrada de este 2011.


¿Qué escribir en las últimas horas del 2011?  ¿Sobre mi México querido y herido, o  alguna narracion idealista?  ¿Sería mas apropiado compartir una historia familiar? Creo que para cerrar el año simplemente diré:



G R A C I A S



A Dios, por haberme dado un año más de vida y salud.

A la vida, porque me brinda cada día la oportunidad de gozar de sus maravillas y atreverme a hacer cosas nuevas.

A mi esposo, por su amor y apoyo incondicional.

A mi familia, que me llena de amor aun a la distancia.

A los amigos, en México y Canadá, que me alegran a cada instante.

A mis lectores, ¿Qué sería de mi blog si no contara con ustedes?

Se va un año lleno de logros para mí, en lo personal y profesional, mi tercer año en Canadá, un año de consolidación en muchos aspectos.

Mañana, cuando suenen las 12 campanadas, empieza una nueva historia, y si Dios quiere, mes a mes, estaremos juntos a través de este espacio para compartir, como hemos venido haciendo ya por un tiempo.

2012

 Que sea para todos un año lleno de salud, de amor, de logros, satisfacciones, y que los obstáculos que lleguemos a encontrar en el camino, no sean una derrota, sino una oportunidad para crecer, fortalecernos y ser mejores en todos los aspectos.

Feliz Año Nuevo


¡Los saludo!




12.07.2011

En los libros hallarás, el tesoro del saber...


Bueno… primero mi pobre Blog estaba ya un poco polvoso, ya que hace casi dos meses que no me metía a escribir nada. La bronquitis me afectó algunas neuronas, la de la literatura y la de creatividad. Y además, he andado más ocupada, con el despegue de mi negocio como maestra particular de español, ¡ahí la llevo! Ya tengo 4 alumnos y me contraté con el distrito escolar para dar clases en su programa de “Escuela Nocturna” (cursos de interés general para la comunidad)



Lo que me trae hoy por aquí, al teclado, es lo que se me ha ocurrido denominar el “FIL-gate” (Feria Internacional del Libro).  Los protagonistas: el candidato Enrique Peña Nieto y su hija Paulina.


Coincido con lo que se ha expresado: ¡Salió a relucir su ignorancia! , y evidentemente el señor no es escritor, un escritor, por ende, es lector. Es algo que va de la mano.  Sin embargo, sus asesores políticos deben haber considerado que una característica propia de un futuro presidente es demostrar su cultura y nivel intelectual a través de la publicación de un libro, lo que les falló fue ensayar la conferencia de prensa. Evidentemente,  la reacción no se hizo esperar, y las redes sociales se han encargado de mostrar que  leer fragmentos de la Biblia en la adolescencia no es suficiente para ser considerado como “culto”, ni da el título de lector y ¡menos el de escritor!. Y bueno… para acabarla de rematar, la hija tuvo a bien salir a la defensa de su agraviado padre a través de Twitter, y que pasó… pues que le acabó de dar la puntilla al asunto, ¡fue algo así como la cerecita del pastel! 



Sí, alguien que aspira a la presidencia se supone que es una persona con preparación en muchos sentidos. Es justo que exijamos mejores gobernantes. Pero sigo impactada por la cantidad de creatividad que este hecho despertó en varios sectores; las librerías Gandhi ¡ya no tendrán que pagar a su agencia de publicidad!  Con que se metan a Facebook tienen espectaculares para una buena temporada.  Y han sido días de machacarle al asunto por aquí y por allá.  Sigo pensando, que si toda la energía, tiempo, creatividad, que se le ha invertido al error de un candidato presidencial se encausara positivamente, tendríamos un mejor país.  Me han dicho que como es candidato, tenemos derecho a exigir que sepa de lo que habla. Es cierto, pero también es cierto que para poder exigir hay que dar. ¿Solo porque el señor es candidato es obligatorio que lea? ¿No debería ser ese un hábito de todos los mexicanos? Ahora resulta que todo mundo es Doctor en Letras, cuando el promedio de libros al año que se leen en México, según un estudio de la UNESCO, es de 2.9 libros por persona y de acuerdo a resultados de la Encuesta Nacional de Lectura entre los libros favoritos están La Biblia (que no solo es para la salvación del alma, sino también para salvar la respuesta) Cien Años de soledad; El Principito, El Código Da Vinci, Un grito desesperado y Harry Potter (ahí dejo a consideración de ustedes lo que opinen de esto).



Si nos vamos a poner exigentes, empecemos por nuestra casa. ¿Qué leemos nosotros? ¿Qué leen nuestros hijos?  Sinceramente… ¿Quién lee las plataformas políticas de los candidatos para tomar una decisión informada ? He visto el comentario de que algunas mujeres quieren votar por Pena Nieto, “ Porque está bien guapo” . Ese tipo de comentario, es también para machacarse en redes sociales, porque solo nos habla de la ignorancia de nuestro país, y de lo superficiales que somos para elegir un gobernante, pero eso si… cuando hay que quejarse, ahí vamos todos.



Y de la hijita, ¿pues qué querían? Es la muestra de nuestro sistema de clases. O a poco nadie de ustedes, mis lectores, se ha referido alguna vez a otros como “nacos”, “asalariados”, “prole” (mal empleado, por cierto, ahora ya lo sé) “Hijos del proletariado”, “Hijos de la canasta básica” (a poco no está buenísimo este, así decía mi hermano) “indios”, “Nacozaris”, “el pueblo”, etc. Y si… Lo decimos nosotros, los que vamos al doctor privado, tenemos coche, estudiamos en escuelas privadas, viajamos a Cancún, vamos a esquiar y de paso leemos el “Hola” y la “ Quien” (y en la fila del súper el TV y Novelas, no se hagan) Porque somos clasistas, esa es la verdad.  Queremos que nuestros hijos se rodeen de “gente de su clase”, ir a un club de “gente como nosotros”, ir a universidades que nos ayuden a “hacer buenas relaciones”.  Yo también vengo de ahí, de esa mentalidad, de esa educación, del antiguo y todavía existente sistema de castas, que no necesariamente es la mejor constitución para una sociedad.



Esto que ha pasado, para mí, es el reflejo de nuestro México, de nuestra falta de cultura, de educación, de compromiso con la sociedad, de preparación, de nuestro afán de quejarnos y burlarnos de todos, sin ver que nosotros mismos somos motivo de queja y burla cuando copiamos en el examen, cuando nos tranzamos al fisco, cuando nos estacionamos en el lugar prohibido o de los minusválidos, cuando dejamos que los niños le griten a la sirvienta, cuando nos metemos en la fila del banco, cuando no hacemos trámites a tiempo y dejamos todo a última hora.  No todo es culpa de la ignorancia de otros, es nuestra obligación como clase privilegiada ponernos la pila y en nuestra trinchera hacer lo que nos toca. Ahora sí que como dice la Biblia, ¿Qué estamos haciendo con nuestros talentos?  ¿No es verdad que a los que nos dieron más, nos deberían de exigir más?



En fin… veamos qué pasa con “Quique Lecturas y su prole”, y para que vean que ilustrados han sido algunos de nuestros presidentes les dejo estos títulos. La verdad… me costó trabajo encontrar esta información, parece ser que no hay muchos libros escritos por nuestros mexicanos gobernantes… ¿Será porque tampoco leyeron, pero para fortuna de algunos no existía Facebook, Twitter ni Youtube?



La sucesión presidencial de 1910 por Francisco I Madero

La Revolución de la esperanza, por Vicente Fox

Una mirada hacia el futuro, de Miguel de la Madrid Hurtado

La Década Perdida por Carlos Salinas de Gortari

¡Los saludo!

10.05.2011

La vida en rosa

Es bien sabido que los atletas de alto rendimiento, corredores, ciclistas, incluso nadadores, rasuran sus cabezas, torsos, piernas y a veces hasta las cejas para poder ganar segundos al reloj y alcanzar la victoria. El pasado domingo 2 de octubre, en la carrera de 5 kilómetros muchas de las participantes lucían dicho “look”.  Ellas no buscan ganarle segundos al reloj de una competencia.  Buscan ganar segundos de vida y entre los muchos sacrificios que implica esta victoria, está el perder la cabellera, las cejas, las pestañas, a veces un seno. Son las corredoras que están en la lucha contra el cáncer de mama, algunas en plena batalla, empujadas en su silla de ruedas, paliacate cubriendo la impuesta calvicie. Algunas corren apoyadas por su equipo, lucen apenas los brotes de su nueva cabellera.  Muchas se acompañan de sus esposos, hijos, novios, amigos y compañeros del trabajo. Otros corremos solitos, en memoria de las que no pudieron continuar la carrera de la vida, en honor a las que han pasado los obstáculos más difíciles de la competencia y por aquellas que apenas se encuentran en la línea de salida. El recorrido para todos es el mismo, para nadie es fácil.

 En el kilómetro dos el grupo se separa, algunas empiezan a cansarse, bajan el ritmo, el equipo las apoya. Pienso en mi mami, como me gustaría que estuviera conmigo, y de pronto siento en el rostro el calor de los rayos del sol que se ha asomado para acompañarnos en el recorrido. ¡Una caricia de mamá! Si, así se siente. Seguimos el recorrido. A mi lado corre una mujer de playera rosa, ¡sobreviviente! Cabello súper cortito, es mezcla de gris y canoso que me indica que ya es una mujer mayor. Sonríe, mira su reloj, y recibe la mirada y sonrisa del hombre que la acompaña ahora en este recorrido, pienso que es su esposo. Corremos juntas varios metros, y su energía me abruma, siento como el nudo se me forma en la garganta, las lágrimas empiezan a formarse en el interior de mis ojos… ¡pero no se puede chiflar y comer pinole!  Si lloro pierdo la respiración, y si pierdo la respiración no puedo correr.  ¿Y si me detengo a llorar? ¡No! No es opción, mejor sigo corriendo. Me separo de la pareja y sigo el recorrido.

La música en mi IPod me anima, hay porristas a la orilla del camino, la pancarta rosa “Go Annie Go”, ¡Por ahí viene Annie!  Y sus amigas la siguen apoyando.  Me distraigo leyendo los letreros que llevamos en la espalda “Por mi tía”, “Por mi suegra”, “Por un futuro sin cáncer” “Por mi mamá”, “Por mi hermana”, “Por las que ya no están con nosotros”, “Por las que inician la lucha”, “Por ti”… todos tenemos algo en común: hemos conocido de una u otra forma el cáncer de mama, la lucha, el dolor, los momentos de alegría y de sufrimiento. Seguimos el recorrido, es casi el kilómetro cuatro, los voluntarios nos indican la vuelta a la derecha, ¡Es el puente! , es de subida, no muy inclinada, pero corriendo se siente como escalar el Himalaya. Los grupos se separan aún más, los que empujan carriolas se esfuerzan.  A mi lado oigo una respiración quebrada, unos pujiditos de esfuerzo, la miro y viene con las mejillas encendidas, mirando un reloj que no es deportivo. ¿Está contando cuantos minutos de sufrimiento le quedan?  Le hablo por un minuto, “Vamos, ya es lo último, llegando allá (señalo) ya es plano y es el fin”, me contesta con sonrisa “Si, ya casi llegamos”.  Me retraso unos pasos para ver el letrerito de su espalda, “en memoria”, recupero el paso, pongo la mano en su hombro y le digo “¡Peggy está muy orgullosa de ti!” Sonríe, y la dejo atrás.

Casi termina la subida, me estoy cansando, pero a lo lejos veo ya los globos rosas y blancos, ¡el arco de la meta! Y al bajar el puente, escucho en la música de mi IPod “New York, New York” ¡La canción de mi mamá!  Aprieto el paso, sabía que la canción estaba en mi lista para la carrera, pero no que iba a empezar a tocar ¡al acercarme al final de la misma! ¡Así que aquí estás mami!  Veo a mi fan número uno en la banqueta de lado izquierdo, cámara lista para inmortalizar el momento. Me acerco a la orilla de la banqueta, le hago señales, me localiza y captura mi paso por los últimos metros. Miro mi reloj y hago el “sprint” final,…  “It’s up to you, New York, New Yoooork”  ¡cruzando la meta! Detengo el reloj 34:52.  Mi “porrista” me busca entre la multitud… me agacho apoyando las manos en mis rodillas, recupero la respiración y creo que la posición ahora si abre el dique que contuvo a las imprudentes lágrimas, ahora es mejor tiempo, las dejo rodar, mientras mi “porrista” me encuentra, me abraza, me reconforta. Me recupero en unos minutos, fotos en la meta, quiero una fotos de los dos juntos.  Vamos por agua, por una frutita, hay que re-hidratarse.  Y así poco a poco van llegando  todas, unas caminando, otras corriendo, muchas cantando, en disfraces locos, sombreros de flamingos rosas, plumas y “tutus” de ballet.  

Correr 5 kilómetros es fácil, vivir con cáncer y luchar contra él no lo es.  Y siempre que pueda vendré a correr por mi mamá, porque no haya más familias rotas por esta enfermedad, porque mis sobrinas corran por deporte y por gusto, no buscando la cura a una enfermedad.  Aquí nos vemos el próximo año, con cabello largo, corto o sin él. Aquí nadie viene a ganar una medalla de oro. Aquí venimos a celebrar la vida, un futuro sin cáncer y muchos kilómetros de solidaridad, entusiasmo y amor.

Los Saludo!!






En memoria de mi madre que corrió con valor la carrera más difícil de su vida.


9.13.2011

Caminito de la escuela…

Un mes de septiembre, hace 37 años aproximadamente, ingresaron a su primer año de educación pre-escolar, o sea… a primero de kínder, unas 100 chamaquitas. El colegio de monjas, el uniforme: blusa escolar blanca, falda tableada azul marino con unos tirantes que se caían todo el tiempo, los lunes saco de gala rojo, entre semana, sweater del mismo color.  Calcetas blancas y unos zapatos negros de un diseño tan específico que mas parecían ortopédicos que escolares, por supuesto, no podían adquirirse en cualquier zapatería, había digamos “Distribuidores exclusivos”.  Más o menos el mismo grupo de alumnitas llego a pre-primaria, aprendieron a leer y a escribir. Estos años pre-escolares estuvieron acompañados de festivales de fin de año, trajes de chiapanecas, triciclos decorados para el día de la Primavera y pastorelas en la época Decembrina. En épocas de calor se organizaba el “día de nadar” en el chapoteadero, en el recreo era una diversión ir a jugar cerca de un reloj de sol, que poco se sabía sobre cómo funcionaba, mejor darle vueltas.

 ¡Las niñas crecieron y llegaron a la primaria!  Ahora ya no había niños entre los compañeros, solo niñas, se formaban en el patio grande, con mochila "Samsonite", que pesaba como mil kilos. Rutina: la misma durante 6 años, formación en el patio al sonar la campana puntual, tomar distancia por tiempos: 1-2-3. Avisos y recomendaciones, se encomendarían a la Virgen María o al Santo Niño de Praga, canto correspondiente “ A tus plantas Oh Niño de Praga…..” o “Te amamos con ternura, porque eres nuestra Madre, por ser madre de Cristo Salvador” . Dos días de la semana falda blanca de deportes, tenis blancos siempre lavados (nunca faltaba la que pisaba a otra antes de pasar la revisión de tenis).  Llegaron los años de ir a la “Kermesse” del colegio, los concursos de lectura, ortografía y declamación.  Las tablas gimnasticas al ritmo de “Raindrops keep falling on my head…..”, fracciones, raiz cuadrada, números romanos, sujeto, el objeto directo e indirecto, márgenes y mayúsculas con tinta roja por favor.Pasaron 6 años de forjar amistades, de formarse para ir la “tiendita” a la hora del recreo, de jugar resorte o avión, o… a la dirección después de hacer repelar a la monjita en turno. Y así llego la secundaria.

¡Uchale! muchas materias, maestros diferentes, entrada más temprano y falda azul marino… ¡sin tablones ni tirantes!  Nada de maquillaje, uñas cortas,sin pintar. Calcetas a la rodilla, y… zapato “ortopédico” ¡todavía! Bata blanca de laboratorio, disección de rana y conejo, tabla periódica de los elementos y álgebra. Las niñas, ahora adolescentes bailaban al ritmo de Flans, los intereses cambiaban y las amistades, algunas desde aquellos días de kínder, seguían a la orden del día.  Pasaron tres años y vino el primer parte aguas para muchas… la decisión paterna o personal de cambiar a una nueva escuela para cursar la preparatoria. 12 años de unión se vieron fracturados. Un agosto-septiembre de 1986, descubrirían quienes habían quedado en la misma escuela, y nuevas historias se empezaron a escribir con la llegada de otras alumnas, que ocuparían los lugares de las que habían partido hacia nuevos horizontes.

Y de ahí, vendría el silencio. La vida siguió su curso, cruzando algunos caminos Universitarios. Algunas amistades sortearon el paso del tiempo, y fueron testigos de graduaciones, maestrías, matrimonios, nacimientos y decesos.  Hasta que el siglo XXI, la magia de las redes sociales y un poco de iniciativa, lograron lo que en otras épocas hubiera parecido imposible: reconectar a las compañeras que cursaron sus años de educación básica y media entre 1974-1989.  Facebook fue la herramienta, y con la cooperación de todas, se llego a localizar a más de 120 alumnas, que pasaron del mundo virtual a una reunión presencial en el mes de junio.


Ya no somos niñas. Hoy mujeres, maduras, viviendo dentro y fuera del país, ejemplos de fortaleza y lucha, solteras, casadas, viudas, divorciadas, con hijos, sin hijos, empresarias, madres de familia, abogadas, contadoras, administradoras, dentistas, nutriólogas, historias de amor y desamor, de perdidas y dolor, de alegrías y triunfos. Nuestra página de Facebook se ha vuelto un rincón para recordar momentos de alegría, travesuras, los cantos del colegio y un montón de fotografías que han desatado las mas francas carcajadas. Nuestra página ha sido una máquina que nos transporta en el tiempo a momentos que estaban dormidos en nuestros recuerdos, pero también para formar parte de nuestro presente: re-conectando amistades, creando nuevos lazos y un círculo de amigas que están siempre presentes, igual para compartir una receta que para orar por alguna causa.

Somos todas bien diferentes y sin embargo tenemos tanto que nos une, precisamente nuestras diferencias enriquecen nuestra relación. Nuestra historia en común es el colegio y para todas, para bien o para mal, es una parte importantísima de nuestras vidas. Habrá quienes salieron huyendo de ahí, otras nada más nos fuimos. Pero al final cada una guarda un pedacito de cariño por el lugar que nos vio crecer, que junto a nuestros padres contribuyó en gran parte a nuestra formación. Cada quien ha elegido como vivir, pero el recuerdo de nuestra niñez y adolescencia nos enriquece y la oportunidad de seguir creciendo a lado de quienes hoy somos es invaluable. Para mucha gente Facebook es un escaparate, juegos, aplicaciones, frivolidad y obsesión. Para mí ha sido una manera de estar cerca de quienes forman y han formado parte de mi vida, acortando distancias y manteniéndome en contacto con gente que jamás pensé volver a ver.  ¿Será que la llegada a los 40 me ha hecho ver cosas de mi pasado en forma diferente? No lo sé, lo que si sé  es que no soy la única que se ha emocionado con este suceso.


Con mucho cariño dedico esta entrada de mi blog a todas mis amigas y compañeras del Instituto Cultural Sucre, generación 1974-1989, a pesar de la distancia, este re-encuentro me ha llenado de alegría, valorando aun mas la infancia tan feliz que tuve y esperando que estas semillas de amistad que hoy estamos sembrando se traduzcan en grandes frutos el día de mañana.

¡Los Saludo!








8.03.2011

Es que siempre estamos viviendo de noche…

Se presenta ante nosotros generalmente en la adolescencia. Nos seduce bajo la promesa de incorporarnos al mundo de los “grandes” o de los buena onda. Aquellos que osan despreciar su amistad se vuelven objeto de la incesante burla y la etiqueta social. Te ofrece su amistad incondicional, aunque sabes que tus padres no lo aprobarían. Te han hablado de él, de los peligros que implican su carismática pero traicionera camaradería. Sin embargo, quieres pertenecer. ¿Acaso no ha sido el invitado de honor de políticos, artistas y empresarios?  Hasta lo has visto en tu propio hogar, ha presenciado las más recordadas comidas familiares, las Posadas y  ciertos cumpleaños. Haciendo memoria, recuerdas que es también parte de la historia y objeto hasta de un milagro. Normalmente es en esta edad cuando empieza una relación, que con madurez, bien puede durar toda la vida. Sin embargo, en algunos casos, no termina nada bien.


 Al paso de los años te das cuenta de que se han vuelto amigos inseparables, compañero de tus momentos más divertidos, de esas prolongadas noches de música, amigos universitarios, de días de playa y puestas de sol; cuantas veces no ha sido testigo de tus lágrimas por el amor perdido o de la furia que desata una traición. Nunca te ha negado su presencia, has sido tú el que a veces lo aleja de ti, pero tan pronto lo llames volverá a tu lado, para ofrecerte su compañía que aprecias, al fin y al cabo, te hace sentir bien.


 ¿Cómo pueden juzgarlo tan duramente? ¡Si es a todo dar! Como algunos amigos, tiene sus defectos, pero no vamos a negar que es ¡El alma de las fiestas!  Tiene la facilidad de hacer hablar al callado, hacer bailar al que tiene dos pies izquierdos, vuelve sexy a la más recatada y hace cantar al más desafinado. A veces la hace de Cupido y bajo su influencia se han desatado los más apasionados besos e interminables noches de amor. Al otro día le reclamas, ¡Qué clase de consejos son esos! Ya no sabes cómo componer aquello que descompusiste, pero bueno… ¡No hay mal que por bien no venga!


 Sin embargo, al paso del tiempo, descubres que su compañía se vuelve muy demandante. Insiste en estar contigo noche y día.  Empieza a ser parte de tu vida social, personal, profesional, de tus momentos familiares, de los momentos más íntimos también. Sin darte cuenta empieza a tomar control sobre tu vida. Ya no te diviertes tanto como antes, su presencia llega a incomodarte, pero no puedes despacharlo lejos de ti.  Su amistad implica sacrificar a otros, porque te das cuenta de que lo prefieres a él sobre todas las cosas. Algunas veces lo castigas con la “ley del hielo” y prometes terminar con esa malsana relación. Pero sientes que te hace falta, ya es parte de tu vida y sin pensarlo vuelves a llamarlo, él  por supuesto, acudirá al momento, siempre solícito y dispuesto a brindarte su compañía. Ahora sabes que cuando está lejos hasta te sientes enfermo.  Hay quienes te hablan sobre el cambio que han visto en ti, te ofrecen su ayuda, su compañía, te pasan los teléfonos del mejor terapista, pero tú siempre respondes con la misma frase  “Estoy bien, lo tengo todo bajo control”.



Y resulta que una noche salen juntos, como tantas veces lo han hecho.  Su compañía te hace sentir invencible, poderoso. Te ha convencido tantas veces de que su amistad saca lo mejor de ti y exalta tus capacidades. Sí… eres el rey del camino, un “Fittipaldi” en potencia, como siempre te ha dicho él. De pronto todo es confusión, golpes, sonido de cristales que se rompen, estruendo. Y después silencio. Tu cuerpo no responde, solo puedes sentir dolor. Tu boca es incapaz de emitir un sonido, ordenas a tus ojos que se abran, pero no te obedecen. Sin embargo tus oídos son receptores, escuchas frases que te horrorizan: -“¿Está vivo?”  -“Ya vienen los paramédicos” –“La mujer está muerta”.  ¡De que están hablando, si yo estoy escuchándolo todo! ¿Quién se murió? ¿De qué mujer hablan, si yo venía solo? ¿A dónde me llevan? ¿Por qué no puedo moverme? ¿Paralítico?  ¿Homicidio?



A partir de ese momento, tu vida cambió, y no solo la tuya, sino la de tus seres queridos, la del incauto que tuvo la mala suerte de cruzarse por tu camino, la de su familia, que sin deberla ni temerla, ha despertado en medio de la peor pesadilla de sus vidas. Y tu “amigo” ¿Dónde está?  Te ha abandonado en el peor momento, pero antes de dejarte más solo que un perro, te ha dejado dos nuevos guardianes: dolor y culpa.



Y siempre lo odiarás, maldecirás el día en que se apoderó de tu vida. Derramarás lágrimas de arrepentimiento y desearás haber escuchado a los que si eran tus amigos. Pero ya es tarde. A ti te tocó “bailar con la más fea”, a ti te tocó darte cuenta de que hay amistades que a la larga no son buena compañía y que de ahora en adelante tu vida cambiará.  Ojala esta vez, elijas hacer de esta experiencia un aprendizaje y luchar con toda tu alma por volver a empezar, hacer de tu vida un ejemplo que estés dispuesto a compartir y pregonar, ya no puedes remediar lo que tú hiciste, pero puedes evitar que otros lo hagan. Te tocó aprender de la manera más dura que: “El alcohol nunca será la mejor compañía y que jamás se mezcla con el volante”

¡Los saludo!

En memoria de los que de una u otra forma han sido victimas del alcohol.

7.08.2011

¿Sabrías mi nombre, si te viera en el Cielo?

El próximo lunes 11 es mi cumpleaños y ¡Rayos! Cae en un lunes, así que pensé celebrarlo el sábado 9, pero todavía se me achica el corazón con los recuerdos del día que mi hermano se fue.

La verdad, hay muchas cosas que ya no me acuerdo de ese día, de otras ya no me quiero acordar y otras muchas siempre estarán presentes.

 De plano todavía no sé cómo le hace una de mis tías, ya que mi mamá tuvo a bien dejarnos en el preciso día del “cumple” de mi tía, su hermana amada del alma ¿Será que quiso mi madre dejarle el recordatorio de que nacemos y morimos casi sin darnos cuenta?  No lo sé, ¡Pero que friega!

 La verdad es que el tiempo pasa y hace una gran labor. La otra parte nos toca a cada quien. Cada persona decide qué hacer con la tragedia y las pérdidas. Yo escogí sufrirlo, llorarlo, sanarme, aprender y crecer. No es el camino más fácil, pero si más gratificante. Decidí hacer lo mejor con lo peor de mi vida y me alegro de mi elección.  Ahora los recuerdos son más dulces, alegres, son más recuerdos de vida y no de una trágica muerte. Sin embargo… todavía me rondan las preguntas, el “No puede ser”. ¿Será todavía falta de resignación? o el maldito “hubiera”, que si lo nombramos mucho no nos deja vivir en paz. Sé que es humano, sobre todo cuando los hechos no se dieron de acuerdo al ciclo natural de la vida.  Y sabemos que alterar un ciclo, cualquiera que este sea, tiene repercusiones, algunas pasajeras, otras permanentes.  ¡Y a veces lidiar con nuestra fragilidad humana es de lo más complicado!

En fin... sé que llegará el día en que el 9 de Julio causará menos estragos en mi corazón  y me sentiré bien haciendo una celebración o sin ella. Hasta pienso que algún día, ¡Haré una gran fiesta! Pero este año no será. De cualquier forma lo voy a festejar, en cortito, pero lo haré, porque quiero celebrar mi propia existencia, el estar sana, feliz, gozando del amor, del sol, del viento, de la luz, de la amistad y de esta aventura llamada Vida. 

Pasarán los años que tengan que pasar. Evidentemente, siempre sentiré tu ausencia física, y aunque la memoria vaya borrando la claridad de las imágenes y el sonido de tu voz; espiritualmente reconozco tu compañía, y sentiré que me cantas las “Mañanitas” en cada cumpleaños.

Yo sé que me vas reconocer cuando me veas allá en el Cielo, pero por ahora, somos de mundos diferentes, yo no pertenezco al tuyo y definitivamente, todavía quiero hacer mucho más en el mundo que elegí para mí.

 Allá me esperarás, para darme la bienvenida, mientras tanto… ¡Voy a celebrar mi cumpleaños!

 Los saludo,

6.20.2011

Solo le pido a Dios… que el futuro no me sea indiferente

Tengo tantas ideas en la cabeza que no se en realidad como va a quedar esta entrada de mi blog. Haré mi mejor intento por ordenada y claramente expresar el remolino que surca mi cabecita loca.

Como cada país, Canadá tiene su pasión deportiva, que es el Hockey. Con esposo canadiense, un poco de disposición y apertura, he pasado de la cancha de pasto y 11 jugadores tras el balón, al gusto por la pista de hielo, 5 jugadores en patines con bastones, en una lucha frenética por alcanzar el “puck” y anotar en la minúscula red del equipo contrario. Caí en las garras del hockey y me hice seguidora del equipo de Vancouver, los Canucks. Para orgullo de mi marido, el juego me cautivó, así como la historia y desempeño de algunos de sus jugadores. De ser espectadora me volví seguidora y en la temporada 2010-11 vi prácticamente todos los partidos de la temporada regular así como de las grandes ligas. Ante mis ojos sucedió el evento que muchos esperaron 17 años, ver llegar nuevamente a los Canucks a la gran final. Pensé que iba a tener suerte de principiante y tras 16 agotadores partidos vería a mi equipo levantar la "Stanley Cup" el sueño de todo jugador de Hockey, el sueño que en 40 años de existencia, los Canucks no han podido conquistar. Pero se nos fue de las manos, Boston nos arrebató el momento y con tristeza vimos como era el equipo contrario quien levantaba el anhelado trofeo. Pero la tristeza de ver perder a nuestro equipo solo me duró 5 minutos. Y no porque en realidad no haya sentido la derrota, sino porque mientras dentro del estadio unos ganaban y otros perdían, en las calles de Vancouver sucedía un evento fuera de control: entre los 100,000 espectadores que se habían reunido en las calles para ver en las pantallas gigantes el partido y celebrar, se coló un contingente de "pseudo fans" que tan pronto conocieron la derrota del equipo se dieron a la tarea de incendiar autos, patrullas, romper las vitrinas de las tiendas departamentales, saquear y robar tiendas, restaurantes y comercios. Multitudes enardecidas, ¡bailando como Nerón entre los escombros de la incendiada Roma! Jóvenes que se dieron a la tarea de vandalizar, intimidar a otros, de destruir, de golpear, de robar y sobre todo de pavonearse por sus acciones dignas de la más baja barbarie. Así… frente a los carros que habían incendiado, se fotografiaron; con las bolsas "Coach" robadas en mano, se rieron frente a las cámaras de televisión. La policía fue paciente, tratando de evitar una tragedia y desafortunadamente, superados en número por los rijosos, tardaron mucho en poder controlar la situación, aun cuando reconozco que desempeñaron un gran papel.

 La “travesura”, el desfogue de la frustración por la pérdida de nuestro equipo terminó por ahí de la media noche, con un saldo de millones de dólares en pérdidas, personas heridas y la vergüenza de haber llevado a cabo la demostración pública de lo que algunos son capaces de hacer. Tal fue la pena ajena, que miles de ofrecieron voluntariamente al siguiente día para ir a limpiar el centro de la ciudad. Y por supuesto, han salido historias de gente valiente, que trato de impedir esta destrucción exponiendo su integridad física. He visto imágenes como las que pasaron en esta ciudad en países en guerra, en países donde la gente tiene hambre, donde hay dictaduras, donde la gente pide libertad, donde hay seres humanos que perdieron todo ante un desastre natural. ¿Pero por un evento deportivo?

Hoy todos tratamos de limpiar la imagen de nuestra ciudad, de la ciudad que en los Juegos Olímpicos de invierno le mostro al mundo la seguridad de sus calles y lo amistoso de sus ciudadanos. Por supuesto… la policía se encuentra trabajando intensamente, y entre las redes sociales se ha hecho labor para identificar a los muchos que participaron en esto. Unos se han entregado voluntariamente, otros están próximos a caer. Y no dudo que habrá sanciones ejemplares para tan celebres personajes. Pero mi cabeza no deja de pensar…  Además del alcohol y la droga que circuló por estos entes, y el poder de las “masas”… ¿Qué pasa con nuestra sociedad? Sí... yo se que los deportes desatan pasiones, pero hay un límite. He sabido de gente que se suicida cuando Brasil ha perdido la copa del Mundo. Y bueno… lo que cada quien haga con su persona ya es su decisión, pero ¿Perjudicar a otros solo por el placer de hacerlo?  Los identifican como los anarquistas, los que están en contra del capitalismo norteamericano y la globalización. ¿Desde cuándo las ideas de cada quien nos dan derecho a destrozar la vida de otros? Porque estos miserables, destruyeron el patrimonio de algunas personas, la fuente de empleo de otras, pusieron en riesgo la vida de quien por desgracia caminó por esas calles y acabaron con lo más lindo que tiene la ciudad de Vancouver: la seguridad y tranquilidad. Entre los muchos rijosos hay una gran cantidad de jovencitos, que no tienen ni 18 años. El papá de uno de ellos, que ya fue identificado, dice que lo que vimos nos describe lo que su hijo es en realidad: un muchacho estudioso, parte del equipo nacional de waterpolo, a punto de recibir una beca universitaria (que de paso todo esto ya lo perdió)…. Pues señor, permítale informarle que el que no tenía idea de quién era su hijo ¡Era usted! A la menor oportunidad, muchos “hijos de familia” dejaron ver que sus frustraciones van más allá de azotar una puerta o decirle de cosas a la mamá.  ¿Es una gracia incendiar un automóvil? ¿Es divertido saquear una tienda y aventar la mercancía por la calle? Tal vez son placeres desconocidos para algunos de nosotros, sobre todo porque fotografiarse, tomarse video con una gran sonrisa hace pensar que es una actividad digna de practicarse (creo que brincar del “bungee” puede generar altos niveles de adrenalina y causar menos desgracias.) ¿Qué ha pasado en la vida de jóvenes que supuestamente lo tienen todo, para que se comporten así? ¿O es que han tenido demasiado?

Y pues si… diremos que “En todos lados se cuecen habas” y que “en San Juan también hace aire”. Pero si esto pasa aquí por un partido de Hockey… ¿En dónde nos estamos equivocando? ¿Qué estamos haciendo como familias, como maestros, como empleados, como jefes y empresarios, para que nuestra sociedad funcione de este modo? ¿En donde la estamos regando con nuestra juventud? ¿Estamos empezando a pagar la desintegración familiar o solo es parte de la evolución de las sociedades humanas, tal como lo fue en su tiempo el circo Romano? ¿Es la consecuencia del Nintendo, la televisión y el internet? ¿Qué estamos haciendo cada uno desde nuestra trinchera? ¿O es que ya nos acostumbramos, a que esto es parte de nuestros tiempos y pues mientras no pase en mi casa, pues mejor mirar para el otro lado?

Estoy indignada, me estoy cansando de escuchar como siempre son “unos cuantos”, los que tienen a México en sus manos, pero que han hecho de mi país algo que nunca pensé llegar a ver. Estoy harta de que “unos cuantos” nos roben la armonía y la paz de una ciudad como Vancouver. ¿Hasta cuándo vamos a seguir contemplado estas imágenes sin hacer algo? ¿Vamos a dejar que nuestros hijos, sobrinos vean con naturalidad estos eventos? ¿O es que los “reality shows” ya son poca cosa y hay que llevarlos a otros extremos?  

Así como decimos que la naturaleza está cobrándonos lo que le hemos hecho, creo que los seres humanos también estamos empezando a pagar una deuda social. La deuda de los excesos, del libertinaje, de la falta de valores, de principios, de espiritualidad, de una paternidad laxa e irresponsable, de académicos sin vocación, de líderes corruptos y medios de comunicación que embrutecen el pensamiento humano.

Ahora hay gente arrepentida, que llorando pide una disculpa. Gente identificada como parte de los participantes ha sido despedida de sus trabajos, han recibido amenazas, al igual que sus familias. Ahora son víctimas de la “peste social” y piden clemencia, porque se equivocaron. ¿Con decir lo siento se cura todo? ¿Con lágrimas olvidamos el daño que causaron? Ojala haya sanciones fuertes,  a toda acción corresponde una reacción, y todo lo que hacemos en la vida tiene consecuencias. ¡Bienvenidos al mundo de los adultos!

 Como dije al principio… Solo le pido a Dios, que no nos acostumbremos a ver lo malo como natural, que no perdamos la capacidad de sentir, que reflexionemos que papel queremos jugar en este mundo y que cada uno contribuyamos para hacer de nuestra sociedad algo mejor.

¡Los saludo!

PD: Iba a poner unas fotos, pero no voy a darle publicidad en mi blog a gente que no lo merece.

5.17.2011

Un amor real…

Siempre tan natural… lleno de libertad… (Sin Bandera).


Un tema de moda ha sido la boda de “William y Kate” (como si yo los conociera). En la era de la super-comunicación la difusión del enlace nupcial del futuro rey de Inglaterra desata una ola de comentarios, deducciones, predicciones, críticas y augurios. La Monarquía inglesa es una de las más conocidas. Es verdad que son lo más cercano que tenemos a Cenicienta o la Bella Durmiente, pero de carne y hueso. Por supuesto que no me perdí la repetición de la “Boda del Siglo”, (tampoco fui tan entusiasta para levantarme en la madrugada a ver el evento en vivo, cuando sabía que podía disfrutarlo horas más tarde sin tanta ojera) Ver la boda me provoca muchas emociones y sentimientos encontrados. Me genera ilusión ver a una mujer que hace sus sueños realidad, que ha encontrado al hombre de su vida, al “príncipe azul” de sus sueños. Aquí la cosa… es que el hombre ¡en verdad es un Príncipe! Y no por guapo y elegante… sino porque ostenta un título nobiliario que lo acredita como tal. Me emociona que un hombre haya encontrado el amor de una mujer, aparentemente él está dispuesto a protegerla, amarla, a tratarla  ¡como a una reina! Pero la verdad… es que esa mujer pudiera ser la futura reina de Inglaterra (digo pudiera porque ya vemos que luego se “sala” el asunto y no es). Me disgusta ver al príncipe Carlos y a Camilla Parker, en su magnífico matrimonio, tras su largo y comentado adulterio. No es que ande de persignada, pero mucho se ha publicado que ese “amorcito” es de siempre. Para mí, el señor bastante cobarde, que por no haber defendido sus verdaderos sentimientos, hizo de su matrimonio un teatro. Ella… una mujer que aceptó  ser la amante del hombre que no supo hacerla su esposa por cumplir un protocolo. Al final… se quedó con lo que quería. ¿Será que Camilla es la personificación de la frase que dice “El que persevera alcanza”?.


Me queda clarísimo que Griselda y Anastasia, las hermanastras de Cenicienta si existen. Las hijas de “Fergie” y el príncipe Andrés son la viva imagen, no digo de la maldad porque no tengo idea de sus acciones, pero sí de la extravagancia, la disposición de llamar la atención a cualquier costa y el mal gusto. Sus “elegantísimos” sombreros me recordaron más a un venado y a un pavo real, ¿Será que de Cenicienta se pasaron a Bambi?


Canadá es un país que todavía está estrechamente ligado a la monarquía. Resulta que aun cuando Canadá es un país al que Inglaterra le otorgo la independencia, pues Elizabeth II es reina de este país también (igual que de Australia, Nueva Zelanda, Jamaica y otros países que pertenecen al “Commonwealth”) Ahí les va la historia, para educarnos todos juntos:

Canadá es una monarquía constitucional, donde las labores del Jefe de Estado y Jefe de Gobierno son diferentes. El Parlamento Canadiense consta de tres partes: La reina, representada por el gobernador General, el Senado y la Cámara de los Comunes.

La Carta Patente de Constitución del Gobernador General y Comandante en Jefe de 1947, autoriza al gobernador general de Canadá a representar a la reina. El Gobernador general no es un puesto político. La Constitución de 1867 otorga el poder ejecutivo a la Reina, sin embargo, en la práctica, esta función la ejerce el primer ministro, que ahora es el Sr. Stephen Harper,  y sus "canchanchanes". El Gobernador General da consejo, aviso, representa a la corona en todo momento y tiene una estrecha relación con el primer ministro, ¿Qué tal eh?

 Y aunque los canadienses no se preocupan mucho por estos asuntos y otros tanto creen que ya nada tienen que ver… pues resulta que en la moneda, en las oficinas de gobierno, en las escuelas, está todavía la imagen de la señora  que en la boda vistió elegantemente un vestido y sobrero amarillo. Estos lazos que todavía nos unen, resultan en que cuando nos honran con su visita tan celebres personalidades, los gastos corren por cuenta de los contribuyentes canadienses. ¿Lo pueden creer? Así que espero que la próxima visita del Duque y la Duquesa de Cambridge sea corta, ya que sus ritmos de vida son algo vertiginosos.  A pesar de algunos detalles, la monarquía forma parte de los orígenes de Canadá, de su cultura e identidad, que en esta provincia de British Columbia, por la gran cantidad de emigrantes que existen, cada vez siento que se va perdiendo mas la identidad canadiense, fundiéndose en una mezcla de culturas y de luchas por ser “políticamente correctos”. Sin embargo, muchos canadienses, sobre todo del género femenino, hicieron desayunos de madrugada, vistieron con sombreros y vestidos elegantes, se reunieron para ver el enlace del futuro rey, recordar cuándo por la radio escucharon la boda de la reina Elizabeth y comentar las desdichas de la difunta y siempre amada Lady Di.


Esto de la monarquía es siempre interesante. Pero es la realeza británica la que provoca estas emociones. Como dicen los mismos ingleses, ellos saben hacer de estos eventos “Pompa y Circunstancia”. En mi opinión, la monarquía me parece una especie en peligro de extinción, que no tiene más opción que re-inventarse o resignarse a desaparecer. Cuesta mucho dinero mantener excentricidades, bodas, paseos, carruajes, divorcios, intrigas, callar bocas y hacer relaciones públicas. A mí en estas épocas, me parece indignante tener que hacerles reverencia a otras personas, porque según ellos vienen de “sangre real”. Podemos ser respetuosos, pero creo que somos iguales, ¿O qué? ¿Mi “pedigree” no vale?…


La magia de Disney nos enseñó a amar a Cenicienta. A soñar con que los príncipes se enamoran de las plebeyas. Que las buenas, pacientes y compasivas mujeres encontrarán justicia y amor eterno, mientras que las malvadas, tarde o temprano encuentran un castigo. Los cuentos de hadas nos enseñaron que el amor siempre triunfa, solo es cuestión conservar bondad en el corazón y vencer al malvado y feroz dragón. Que un beso de amor es la vida y que se puede vivir feliz para siempre. ¿Será que la monarquía leyó los mismos cuentos? ¿Estarán buscando darnos una versión moderna de nuestra historia favorita? ¿O será hora de que dejen de ser parte de ese gran teatro, para incorporarse a la realidad de un mundo donde hay niños que mueren de hambre, donde los desastres naturales destrozan hogares, donde las dictaduras oprimen a los pueblos, mientras en el castillo se bebe la mejor champaña?



Les dije que esto de la monarquía me produce sentimientos encontrados. No niego que me encanta leer sobre la realeza, sentí mucho la muerte de la Princesa de Corazones, Lady Di, y de verdad deseo que los “amigos” William y Kate hayan encontrado el amor, que su matrimonio sea verdadero y para siempre. Pero ¿realmente necesitamos monarquías en este siglo? ¿Qué nos aportan, además de material para programas de modas y chisme? Eso no lo sé… Lo que si se es que para ser feliz no se necesita de títulos ni de palacios, que el honor y nombre de una familia no los da la realeza, sino el cariño, la unión y el trabajo honrado, y que la paz y el amor que tengo en mi vida no los cambio por la vida de ninguna princesa.


¡Los Saludo!

Pd: Cuando escribí esta entrada de mi blog, todavía no circulaba por Facebook la prueba de que la percepción de las “hermanastras” no fue solo mía…Aquí les dejo la evidencia.


5.04.2011

Yo tengo una tía, la tía Mónica…

...Que cuando va al mercado le gritan ¡oohh, la la!!

 Bueno… la verdad yo no tengo ninguna tía que se llame Mónica, amiga si… Pero tía ¡no! Y fíjense que estuve tratando de hacer memoria sobre alguna canción que hable sobre las tías, pero pues creo que el personaje es poco comercial para los autores, no cuenta con reconocimiento oficial o de plano… pues se olvida que las tías también deberían tener una canción y más aun, un día para festejarlas.

 Las tías vienen en muchas variedades, las que son hermanas de nuestros padres o aquellas amigas de la familia que son merecedoras del título. Hay tías gordas, tías flacas, tías solteras y tías casadas; algunas han hecho favor de proveernos con algunos fantásticos primos, que para muchos vienen a ser otros hermanos. Hay tías que viven cerca de nosotros y otras que frecuentamos menos. Unas tías son la buena onda, otras son medio amargosonas y otras… te dan besos ensalivados (esa categoría es como de las tías viejitas, que ya mas bien, son tías abuelas y catalogan como en la división de abuelitas). Unas tías son deportistas, otras son más intelectuales. Unas se maquillan y visten padrísimo, otras digamos que son más naturales. Como les dije… hay una gran variedad. Hay quienes tenemos muchas tías porque nuestros papás vienen de familias grandes. En el caso de familias pequeñas, pues el surtido es más escaso, pero siempre hay una o dos tías que ocupan un lugar especial en el corazón.

Cuando eres niño, siempre hay una tía que es mas como una versión real de Mary Poppins: te lee cuentos, dibuja contigo, juega a las escondidillas, te compra helados, se pone a bailar, adora a tu perro y cuando tu mamá te regaña, te abraza y seca tus lágrimas. Si te caes, te cura el raspón y ¡no duele!, te pone curitas de personajes y luego te compra un chocolate. Es la tía que te encanta visitar, cuando tus papás te llevan a su casa, estás fascinado. Si eres niña te gusta ponerte sus zapatos, si es tía soltera seguro tiene muñecos de peluche en su cuarto ¡Y te los presta! Cuando la tía ya es casada, hace tu postre favorito,  te tiene un mantel individual y plato especial, generalmente coordinados. Hay tías que hacen las delicias de la infancia. Pero el tiempo no perdona, y los niños nos volvemos adultos, y entonces las tías también cambian. Bueno… un poco, siguen siendo guapas, lindas; por supuesto, también maduran. Entonces… la tía es  más como una buena amiga, platicas, te echas un “cafecito, hasta te fumas un cigarrito con ella, pues porque no, ¡Si ya eres grande! Te da recetas de cocina y hasta te presta su coche o tú la llevas a donde necesite. Muchas veces dejas de decirle “tía” ¡y la llamas por su nombre! Rara vez una tía te dirá que “no” a algo que tu le pidas y normalmente sus palabras no te caen tan "gordas" como el rollo que te tiran tus papás (que al fin y al cabo es lo mismo, pero si la tía lo dice, es más digerible).

 Al paso del tiempo, resulta que un buen día, uno de tus hermanos te notifica que eres una “Tía en vías de desarrollo” es decir… que pronto vendrá un hermoso bebé que te otorgará el título. ¡Es bien padre!  Porque te das cuenta que ser tía es un poquito como ser mamá, pero “cool” como dirían mis sobrinas. Y pues es igual, nadie te enseña, vas experimentando pero definitivamente tienes una idea de lo que quieres ser para tus sobrinos. En mi caso, me he dado cuenta de que mucho del cariño que siento por mis tías es gracias a lo que vivimos en mi infancia, y que tarde o temprano una tía puede ayudar a llenar el vacío que una madre puede dejar si por alguna razón ella falta. Así que mi idea de ser tía ha sido llenar a mis sobrinas de experiencias y recuerdos, que puedan atesorar a lo largo de su vida y que las haga sentir amadas y especiales.  Hoy soy para ellas “Titi” como cariñosamente me llaman, el día de mañana espero ser una amiga, un apoyo, tener palabras sensatas para orientarlas cuando lo necesiten y un abrazo consolador cuando la vida las enfrente a pruebas que puedan ser dolorosas.

 Recuerdo con cariño a mis tías, con unas convivo mas, con unas convivo menos. Todas mis tías vienen por parte de mi mami, que tuvo muchas hermanas. Mi papá solo tiene hermanos. También hay tíos especiales, pero las tías siempre son lo que más se asemeja a una madre. Cuando la mía estuvo tan enferma, mis tías fueron mi apoyo, una me ayudaba con la logística de los cuidados, otra me escuchaba con caja de "Kleenex" a la mano. Cuando ya no tuve a mi mamá, siendo adulta, aun la necesitaba y tuve una tía que me ayudó, que me dio consejos, que escuchó mis preocupaciones y me dio guía para tomar la mejor decisión. Y tengo otra tía que a pesar de la distancia siempre supo darme su cariño y alegría, mas otra que aun cuando por circunstancias de la vida dejó de convivir con la familia en general, llenó mi infancia de momentos que aun recuerdo con cariño (aderezados con gelatinas "Art" de grosella y libros de iluminar).

 En este mes de mayo, evidentemente recuerdo con amor a mi madre y no habiendo un día para las tías, les dedico esta entrada de mi blog a ellas.

 Los dejo finalmente con esta cita, que me encanta:

“Solo una tía puede dar abrazos como una madre, mantener secretos como una hermana y amar como una amiga”.”

¡Los saludo!


4.03.2011

Las mujeres se casan siempre antes de 30

si no vestirán santos y aunque así no lo quieran! (Shakira, Pies descalzos)



Hace un ratito en Facebook, una de mis amigas, mas joven que yo, ex-gacelita ella, (los que no sabían yo estuve en los scouts y tuve a mi cargo una sección de niñas de 7 a 11 años, que hoy por hoy ya son todas unas mujeres) puso una preguntota: “¿Se vale hacer mesa de regalos cuando te vas a vivir solo? ¿O solo cuando te casas? Yo le puse el siguiente comentario:


“Es una bienvenida de soltera ¿no? O como dicen aquí es Warm-up party!! Ahora.... si te quieres ver bien Carrie Bradshaw (Sex & the City) puedes decir que te casas contigo misma y pones tu mesa de regalos ”


Y sinceramente… ¡Tengo toda la razón! No es una despedida de soltera, pero si es una bienvenida a la vida independiente de una mujer que a los 27 años ha decidido dejar el hogar de sus padres para vivir por sí misma. Y solteros o casados, empezar un nuevo hogar ¡no es fácil! Se necesitan muchas cosas, y la verdad si todos nos echan la mano cuando empezamos a vivir en matrimonio, que somos dos ¿Por qué no apoyar a alguien que empieza solito?


Y si… ahí viene el día de la inauguración cuando invitan a todos los cuates a ver el nuevo ”depa” y habrá quien bien lindo lleve algo (¡de perdis unas latitas de frijoles!) Si son hombres, por supuesto llevarán “chupe” y con suerte algunas papitas. Pero ¿Qué hay de platos, vasos, cubiertos, sabanas, toallas, artículos de limpieza, artículos para el baño, trapos, escobas, sacudidores, etc, etc, etc?


¿Por que las mesas de regalos tienen que ser para los que se casan? ¿Por qué la sociedad sigue dando premios al matrimonio y poco reconocimiento a la vida independiente, sobre todo de una mujer? ¿Que si no te casas no tienes derecho a que te den regalos para empezar tu nueva vida?

 La realidad es que a estas alturas del partido está bien difícil casarse, en primera porque no hay mucho Recurso Humano disponible a dar el paso, en segunda, porque cuesta un lanal y en tercera y más importante… porque no todas las mujeres nacieron para el matrimonio, así de sencillo. Y miren… en la época de mi abuelita irse a vivir sola ni se pensaba, en la época de mi mamá era pecado mortal y en mis épocas te tiraban de a lucas con el rollo de “Saldrás de esta casa, vestida de blanco”… con la firme convicción de que las mujeres que se iban a vivir solas era para vivir una vida promiscua y de perdición, con garantía de que así nunca te ibas a casar. Yo viví en casa de mis papás siempre y mis amigas, la gran mayoría, también (mientras escribo esto estoy pensando quien vivía sola… y solo me acuerdo de una, por un tiempo corto y circunstancias obligadas). Todavía en mi generación no era muy común dejar el hogar paterno antes del matrimonio. Pero lo que sí es cierto es que durante mis años de soltería me cuestionaba ¿Por qué armar tanto rollo a quien decide vivir por su cuenta? ¿Por qué no verlo como un acto de madurez y crecimiento? ¿Por qué todavía el matrimonio y la maternidad/paternidad son como un paquete integrado? Aclaro que yo si creo en el matrimonio, pero si me tocó vivir el cuestionamiento social de ¿Por qué no te has casado?, la mortificación de amigas que me veían llegar a una fiesta sola, las bien intencionadas “citas a ciegas” que en mi opinión siempre son un desastre (yo a la tercera juré jamás volver a hacer eso) Creo que a veces sientes tanta presión social que te empieza a dar el pánico de ser soltera y bueno… luego para colmo… si te quieres ir a vivir sola no hay mesa de regalos !Que carambas!


Así que de ahí viene mi tercera recomendación: ¡Cásate contigo mismo! Así le tuvo que hacer Carrie Bradshaw (Sex & The City) para recuperar unos zapatos finísimos, Manolo Blahnik, perdidos en una fiesta en casa de una de sus amigas casadas, que se negaba a pagarle los zapatos, porque eran eso… ¡solo unos zapatos! Y ella ahora casada con hijos no entendía esos ¡lujos! Así que Carrie, que como buena soltera, había ido a tantas bodas y dado buenos regalos, decidió organizarse una mesa de regalos ( con el único artículo: sus zapatos Manolo Blahnick perdidos), y únicos invitados, la amiga que no quería pagarle los zapatos. La invitación decía algo así, como” he decidido casarme conmigo misma”. Y si… recibió su regalo.

Vivir independientemente es un matrimonio con uno mismo, y a veces es la unión más permanente que existe en el mundo. Es increíble vivir en pareja, pero aprender a vivir con uno mismo a veces requiere mucho más esfuerzo… ¡Sencillamente porque muchas veces no sabemos estar solos!


Así que si alguien que trabaja en Liverpool o Palacio de Hierro lee este blog… creo que están desperdiciando un sector del mercado muy importante. Y seguramente una mesa de “Bienvenida de solteros” sería una buena idea.


Y finalmente…. A todas las mujeres que se van a vivir solas por las razones que sean: ¡FELICIDADES! ¡Desde aquí les aviento arroz para que se llenen de abundancia! Sean felices, realicen sus sueños, que no las detenga nada y que los convencionalismos sociales no les corten las alas para volar ¡tan alto como ustedes quieran!


¡Los saludo!